Ical El Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) publicó esta semana la resolución por la que la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural aprueba la modificación del Reglamento de la Denominación de Origen León. Desde que en el año 2007 se creó esta DO y se aprobó su primer Reglamento se han producido cambios significativos, tanto en términos legales como técnicos, incluida la propia modificación del nombre protegido, que pasó de Tierra de León a León, aprobada definitivamente en abril de 2019. Todo ello,señalan fuentes institucionales, hacía necesario aprobar una nueva normativa para esta figura de calidad.
La modificación de la Ley de la Viña y del Vino de Castilla y León por la Ley Agraria de Castilla y León, así como del Reglamento de las Denominaciones Geográficas de Calidad Alimentaria de Castilla y León, que entró en vigor en enero de 2019, han permitido conformar la nueva normativa de la Comunidad Autónoma en materia de calidad diferenciada, adaptada al marco legal de la Unión Europea, ahora definido por el Reglamento número 1308/2013 (OCM única).
Una de las cuestiones más determinantes de este nuevo marco es la obligación de que las denominaciones de origen se acrediten en la Norma UNE-EN-ISO 17065 para poder llevar a cabo el control y certificación del producto. Esta norma especifica los criterios generales que debe seguir un organismo de certificación de producto para que sea reconocido a nivel nacional, europeo e internacional, como competente, y se acredite la extrema rigurosidad de sus controles.
La Denominación de Origen León está inmersa en este proceso de acreditación desde hace años, redactando su Manual de Calidad y adaptando sus sistemas de control para alcanzar este reconocimiento que otorga ENAC (Entidad Nacional de Acreditación). Para ello ya ha dado un primer paso en el ámbito técnico mediante la modificación de su Pliego de Condiciones, publicada en el Boletín Oficial del Estado para oposición el pasado 21 de febrero. Ahora, con este nuevo Reglamento, se adaptan sus funciones y la estructura de su Consejo Regulador para cumplir con los principios de la Norma 17065.
Con esta nueva reglamentación se pretende una gestión más moderna de la Denominación de Origen, atribuyendo una mayor responsabilidad a los operadores y con la implantación de sistemas de control más eficaces y con mayores garantías para los mercados y los consumidores.
El texto incluye novedades importantes como la aprobación de las cuotas por la prestación de servicios públicos del Consejo Regulador, la actualización del funcionamiento de los registros y la simplificación del sistema de declaraciones para el control, tratando de disminuir en lo posible la burocratización que sufren las bodegas.