Las barricas, que en sus inicios se usaban meramente como recipientes para el transporte de vino, han adquirido una importancia crucial en las bodegas contemporáneas. Este cambio de paradigma ha llevado a la tonelería a convertirse en una parte esencial del proceso vinícola.
Desde 1870, cuando Santiago Gangutia fundó Tonelería Gangutia en Cenicero, La Rioja, cinco generaciones de la familia han trabajado para convertir esta empresa en una de las más destacadas del sector. Teresa Fernández, actual gerente, relata cómo su fundador percibió la necesidad de adaptarse a las nuevas técnicas de enólogos franceses, estableciendo uno de los primeros talleres de tonelería en la región. Esta combinación de tradición y modernidad ha sido clave para su éxito.
La tonelería actual se enfoca en la calidad y la innovación. Las barricas, que antes eran simplemente recipientes, ahora son consideradas obras de arte. Los procesos de selección de la madera, el secado y el tostado se han sofisticado, variando según las necesidades específicas de cada bodega y el estilo de vino que se busca. Los avances tecnológicos y la preocupación por el medio ambiente son pilares fundamentales en este oficio, que busca equilibrar la tradición con la modernidad.
En los últimos 60 años, términos como investigación y desarrollo han ganado protagonismo en la tonelería. Tonelería Demptos, con instalaciones en Álava y Francia, ha establecido un departamento de investigación en colaboración con la Facultad de Enología de Burdeos. Este centro trabaja en la mejora continua de la calidad de las barricas, adaptándolas a las necesidades de bodegas de renombre como Vega Sicilia y Petrus.
Especialización, personalización y sostenibilidad
La especialización es otro aspecto clave en la tonelería moderna. Algunas empresas, como Quercus, han desarrollado barricas ultra-premium a través de un proceso meticuloso que asegura la calidad de cada pieza. Este enfoque personalizado permite a los enólogos obtener vinos únicos, con características excepcionales.
La sostenibilidad también es un enfoque fundamental en la tonelería contemporánea. Tonelería Murúa, por ejemplo, ha implementado prácticas de gestión sostenible del bosque y ha optimizado su eficiencia energética, utilizando residuos de madera para generar energía. Esto no solo reduce su huella de carbono, sino que también les permite operar de manera más ecológica.
La reutilización de barricas es otra tendencia en auge. Tras su uso en la crianza de vinos, muchas barricas se destinan a la producción de destilados, como el whisky. La historia de estas barricas se entrelaza con la tradición de exportación de vinos Jerez a Gran Bretaña, donde su reutilización ha demostrado mejorar la calidad de los destilados.
En resumen, la tonelería es un oficio que combina la rica tradición artesanal con la innovación y la sostenibilidad, adaptándose a las exigencias del mercado actual y contribuyendo a la producción de algunos de los mejores vinos del mundo.
