La industria vitivinícola de España enfrenta un dilema: aunque el consumo ha crecido un 2,5% y las exportaciones han aumentado un 12%, el exceso de vino, especialmente tinto, se acumula sin una solución clara a la vista. Según la Organización Interprofesional del Vino, el consumo nacional alcanzó los 9,9 millones de hectolitros, mientras que las exportaciones también reflejan un incremento, especialmente en el vino a granel.
A pesar de estos avances, el sector sigue lidiando con un excedente significativo. Para abordar esta situación, tanto el ámbito agrario como las Administraciones están considerando el arranque de viñedos, ya sea de manera definitiva o con la opción de replantaciones en el futuro. Estas medidas se complementan con subvenciones públicas que las organizaciones agrarias están promoviendo, a la espera de las propuestas que Bruselas presentará pronto.
Históricamente, España ya ha implementado acciones similares en los años noventa, cuando se arrancaron 130.000 hectáreas debido a problemas parecidos. Otros grandes productores europeos, como Francia, también están considerando la eliminación de parcelas para equilibrar la oferta y la demanda.
Reducción del terreno dedicado a viñedos
En las últimas tres décadas, el área dedicada a los viñedos en España se ha reducido de más de un millón de hectáreas a 829.000, en parte por jubilaciones, sequías y falta de rentabilidad. A pesar de contar con una superficie regada considerable, la producción media se sitúa en 40 millones de hectolitros, con oscilaciones que han llevado a niveles de producción de hasta 50 millones hace una década y descensos hasta 32,8 millones en la última campaña.
El consumo interno ha caído por debajo de los 10 millones de hectolitros, mientras que las exportaciones, aunque todavía altas, han disminuido en los últimos años. En este contexto, el Grupo de Alto Nivel sobre Política Vitivinícola de la UE ha analizado la situación, encontrando consenso sobre las causas y posibles soluciones. Se ha destacado la necesidad de limitar las superficies cultivadas y los rendimientos, así como de fomentar nuevos mercados.
Las organizaciones agrarias, como COAG, UPA, Asaja y Unión de Uniones, han solicitado a las Administraciones que implementen planes de arranque con apoyo económico, recordando que existe un Plan de Intervención en el Sector Vitivinícola con un presupuesto de más de 200 millones de euros anuales. Además, se han establecido limitaciones en los rendimientos por hectárea, aunque estas varían según las decisiones de los consejos reguladores.
A pesar del desajuste general, la situación no es homogénea en todo el país. Rafael del Rey, consultor del sector, enfatiza que la situación varía según la región y el tipo de vino. Mientras que en zonas como La Rioja hay un exceso de vino tinto, la demanda de blancos, especialmente los gallegos, ha aumentado significativamente, lo que sugiere que las soluciones deben adaptarse a cada contexto local.