Existen evidencias que indican que hace aproximadamente 2.000 años ya había viñedos en la comarca del Bierzo. Los romanos jugaron un papel fundamental en el fomento de la agricultura en esta área, introduciendo nuevos cultivos, entre ellos la vid. Sin embargo, la mayor expansión del viñedo en esta comarca se produjo gracias al desarrollo de los monasterios medievales, especialmente los de la orden cisterciense, ya que el vino era un elemento esencial tanto para el culto religioso como para la alimentación de los monjes. La ruta jacobea y la búsqueda de la tumba del Apóstol Santiago también contribuyeron a esta expansión.
A lo largo de los siglos, los vinos del Bierzo lograron un reconocimiento notable en los mercados de las comunidades limítrofes. Sin embargo, a finales del siglo XIX, una devastadora plaga de filoxera amenazó su producción, destruyendo casi en su totalidad las vides. Afortunadamente, la producción se recuperó durante la primera mitad del siglo XX, gracias a injertos realizados con cepas americanas.
En la década de los sesenta, surgió un movimiento cooperativo que se convertiría en un pilar fundamental para la producción vinícola de la comarca. El gran reconocimiento de la calidad de los vinos del Bierzo llegó en 1989, cuando el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación otorgó la Denominación de Origen a estos vinos.
Las denominaciones de origen son el sistema establecido en España para certificar la calidad diferenciada de los productos. En el caso del vino, representan una colaboración entre viticultores y bodegueros para determinar las mejores prácticas agrícolas y de elaboración, garantizando así que el producto final mantenga una alta calidad vinculada a su origen. El Consejo Regulador es el órgano encargado de gestionar y supervisar esta denominación.
El Consejo Regulador de la D.O Bierzo fue creado el 12 de diciembre de 1989 y regula la producción vitivinícola de 32 municipios y 74 bodegas. El viñedo en el Bierzo es singular, caracterizado por su paisaje, altitud, pendiente y variedades autóctonas, además de un grupo de viticultores que cuidan la tierra y mantienen tradiciones de generación en generación.
En la actualidad, los consumidores son cada vez más exigentes y valoran el esfuerzo de viticultores y bodegueros por resaltar la riqueza de su territorio. Para que la uva sea destinada a la elaboración de vino con Denominación de Origen, debe cultivarse en la zona geográfica delimitada y corresponder a las variedades autorizadas. Además, la DO establece requisitos técnicos sobre el sistema de producción, incluyendo la densidad de plantación, la poda y la producción máxima por hectárea, así como condiciones específicas para las bodegas registradas.
Reconocimiento formal y aprobación de su reglamento
El reconocimiento formal de la Denominación de Origen Bierzo y la aprobación de su reglamento se llevaron a cabo el 11 de noviembre de 1989, publicándose en el Boletín Oficial del Estado el 12 de diciembre del mismo año. En febrero de 2021, el Consejo Regulador obtuvo la acreditación de la Entidad Nacional de Acreditación, convirtiéndose en la primera Denominación de Origen de Castilla y León con capacidad para certificar la elaboración de vinos según la norma internacional de calidad UNE-EN ISO 17065.
Esta acreditación refuerza el compromiso del Consejo Regulador y las bodegas de garantizar la calidad de sus productos conforme a los estándares internacionales, brindando a los consumidores una confianza adicional. El Consejo regula la producción en 22 municipios adscritos a la DO Bierzo: Arganza, Bembibre, Borrenes, Cabañas Raras, Cacabelos, Camponaraya, Carracedelo, Carucedo, Castropodame, Congosto, Corullón, Cubillos del Sil, Molinaseca, Noceda, Ponferrada, Priaranza, Puente Domingo Flórez, Sancedo, Vega de Espinareda, Villadecanes, Toral de los Vados y Villafranca del Bierzo. Tras la modificación de las condiciones en 2019, se incorporaron diez nuevos municipios que habían sido zonas vitícolas en el pasado.
Siete presidentes en 35 años
Pérez Caramés fue el primer presidente de la gestora que llevó a la constitución del Consejo en 1989. Su labor se centró en unir cooperativas y bodegas para dar una identidad y presencia al vino del Bierzo. Le siguieron Luis Hernández Romo, quien estableció el reglamento definitivo y creó el primer logotipo, y José Luis Prada, quien continuó promoviendo la presencia de los vinos bercianos en ferias.
Carlos Méndez Laredo, que asumió el cargo después, logró la construcción de una sede propia en Cacabelos, inaugurada en 2006. Alfonso Arias Cerezales ocupó la presidencia hasta 2013, en un periodo marcado por desafíos económicos.
Luego, Misericordia Bello se convertiría en la primera mujer en presidir el Consejo, impulsando una necesaria renovación para adaptarse a las exigencias del mercado. Esta tendencia de renovación llegó tras ser aprobadas diversas modificaciones por parte de las autoridades pertinentes. Estos cambios suponían entre otros aspectos, la clasificación de viñedos en unidades geográficas menores: Vino de Villa, Vino de Paraje, Vino de Viña Clasificada y Gran Vino de Viña Clasificada; la incorporación de diez nuevos municipios, así como la autorización de dos nuevas variedades de uva. Se empezó a trabajar en estos cambios en el 2015. Los bodegueros podían elegir entre seguir etiquetando sus vinos como hasta el momento o adoptar la nueva nomenclatura. Se iniciaba así una renovación lenta pero imparable.
La última etapa del Consejo se ha iniciado con la elección del nuevo presidente, Adelino Pérez, quien tomó posesión en diciembre de 2021. Bajo su dirección el Consejo busca abrirse a los viticultores y aumentar la producción de botellas sin comprometer la calidad. Con el objetivo de que los vinos del Bierzo sean parte de las mesas de restaurantes de todo el mundo. La nueva dirección del ente se ha comprometido a mantener proyectos iniciados en el mandato anterior como la zonificación e impulsará su participación en ferias y congresos.
Cumplidos los 35 años y con una historia con luces y sombras, hoy por hoy, este organismo goza de una excelente salud y es el mejor garante de la calidad de nuestros vinos.
Fdo: Sonia Bardón