Los vinos rosados están ganando terreno por su versatilidad y carácter. De ser considerados secundarios en las cartas de vino, han pasado a convertirse en protagonistas destacados.
El mercado del vino rosado está en plena expansión a nivel global, con nuevas regiones incorporándolo y mercados establecidos ampliando su presencia. Estados Unidos, que históricamente ha sido conocido por su preferencia por el vino tinto, ha visto un crecimiento acelerado en la demanda de rosado en los últimos diez años, posicionándose como uno de los principales importadores mundiales de este estilo.
Francia es el principal consumidor de esta clase de vino, con un 34% del consumo mundial. En Estados Unidos, se está observando un incremento excepcional del consumo de rosado que equivale al 20% del consumo mundial. Alemania ocupa el tercer puesto.
En España, donde tradicionalmente el rosado había sido un poco olvidado, cada vez más productores y bares especializados le reconocen el valor que merece, explorando un mundo lleno de matices y personalidad.
Sara Oldenburg, sumiller y curadora de vinos en la distribuidora del restaurante Gota y del colectivo Fondo Supper Club, afirma: “Los rosados son versátiles, sorprendentes y aptos para cualquier ocasión”. “Son vinos que rompen etiquetas y pueden cautivar tanto a quienes buscan frescura como a quienes desean algo más complejo”, explica.
El buen precio, otra de sus fortalezas
Además de las cualidades mencionadas, otra de sus fortalezas es su carácter asequible y su buena relación calidad-precio.
Existen dos tendencias importantes en los rosados: por un lado, los vinos icónicos que se pueden degustar durante todo el año, y por otro, los vinos de terroir, cuidadosamente elaborados.
Un ejemplo de esto es el Clos du Temple de Gérard Bertrand, de la región del Languedoc, que se comercializa por 190 euros. Este vino de alta gama rompe con los estereotipos tradicionales del rosado y posiciona a este vino como una opción atemporal y adecuada para la gastronomía.
Hasta hace poco, el rosado se consideraba un vino de calidad inferior, con aromas que podían causar dolores de cabeza y que debía consumirse rápidamente. Sin embargo, hoy en día se ha transformado en un vino brillante, ligero y fresco, con notas florales y frutales, apto para cualquier ocasión y durante todo el año, tal como señala Nathalie Caumette, presidenta de la denominación Faugères y recientemente electa presidenta de la nueva asociación internacional “Rosés de Terroirs”. Los viticultores de los “Rosados de Terroir” representan una nueva era en la que el rosado deja de ser un vino de menor categoría para convertirse en un vino con todas las de la ley.
Celebraciones en rosa con Moët & Chandon y Pharrell Williams
Los espumosos rosados también están en tendencia. Pharrell Williams, reconocido rapero y creador, ha colaborado con Moët & Chandon en la creación del Néctar Impérial Rosé, una edición limitada ideal para cumpleaños y eventos especiales.
La colección diseñada junto a Pharrell incluye además ediciones especiales de Brut Impérial en colores azul, rojo y dorado, así como una cápsula con lazo que rememora el diseño de 1892, creada por los artesanos del Atelier Baqué Molinié en París. La joya de la colección es un Brut Impérial en formato Jeroboam, limitado a 30 unidades decoradas a mano por la artista Astrid de Chaillé.