El Tomate viene de los Aztecas que lo cultivaban como alimento. No llegó a Europa hasta 1544 y por entonces no contaba con la aceptación general de los europeos.

Se creía que el tomate era venenoso, ya que se había clasificado al tomate en la misma familia de plantas de tan mala fama como la mortal belladona. Además, las hojas y tallos (no el fruto) del tomate contienen alcaloides, un químico tóxico para los humanos.

Por esa época desagradaba su sabor y olor, no se sabe si sabían peor entonces o simplemente, los paladares europeos no estaban acostumbrados al sabor.

Más tarde empezó a comerse como afrodisíaco, “la manzana del amor”, para los que no creían en sus propiedades afrodisiacas al menos resultaba algo exótico e incluso gano mucha aceptación como planta decorativa en los jardines de la gente pudiente.

Poco después de que el tomate se hiciera popular como alimento, la gente empezó a usarlo para hacer bebidas. Había vino de tomate, cerveza de tomate, whisky de tomate ¡e incluso champán de tomate! En la actualidad no bebemos mucho tomate con burbujas, pero en cambio es muy conocido su para hacer el cóctel «Bloody Mary»

Bien, pues nuestra historia empieza porque el bisabuelo de Pascual Miche elaboraba una bebida alcohólica a base de fermentar tomates en Bélgica, país natal de nuestro protagonista, allá por los años treinta del siglo pasado. Pascual siempre tuvo en mente producir el “vino” inventado por su antepasado.

Pascal Miche lleva siete años instalado en Baie St-Paul, Québec (Canadá) y cuenta con más de 6.200 matas de tomates para su tercera “añada”, nos dicen en eladerezo.hola.com

Para conseguir variedades que se adaptasen mejor al clima extremo de Québec y a su altitud, probó con más de 16 variedades de las que se quedó finalmente con los Subarctique, los amarillos y los negros Black Berry.

Los frutos madurarán a finales de este mes de agosto y una vez recolectados seguirán un proceso similar al de la uva del vino tradicional, machacado, licuación, maceración y presión.

Tras nueve meses en maceración se obtiene un vino de tomate cuyas características son, tonos claros y dorados, 18% de alcohol, sin un solo rastro de tomate detectable en su gusto.

En las catas se habla de un vino seco y otro suave que se parecen más a un pineau des Charentes que a un Chardonnay blanco.

Su nombre comercial es “Omerto”, como homenaje a su bisabuelo Omer. De momento sólo se puede denominar vino en América del Norte donde Pascal Miche tuvo que desmostrar que el tomate es una fruta, para que las autoridades le permitiesen llamar a la bebida “Vino de tomate”. Para poder desmostrar que el tomate es una fruta realizó investigaciones exhaustivas al respecto y encontró referencias sobre los diferentes tipos de tomate del Siglo XV.

En Europa, al menos de momento, sólo se puede llamar vino a la bebida obtenida de la uva mediante fermentación alcoholica de su mosto o zumo.

En todo caso se denomine como se denomine, el éxito de la bodega

Domaine de La Vallée du Bras en Canadá, sigue en aumento y se producen 34.000 botellas anuales de “Omerto” con un precio de 20€ la botella de 375 ml.

Pascal Miche está dedicado a la elaboración del vino y también a promoverlo por todo el país, con idea de exportar próximamente fuera de Canadá, por Estados Unidos y por Europa, comenzando por Francia, Alemania y el Benelux.

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