¿Has probado los espumosos de Castilla y León?

EBD / Ical Llegan las navidades y con ellas los vinos espumosos. Y aunque el champagne y el cava siguen siendo los más escogidos, Castilla y León ofrece buenos espumosos que siguen siendo desconocidos para parte de los consumidores, dándose la paradoja que se algunos se consumen más fuera de nuestras fronteras, en Europa, Estados Unidos y hasta en Japón, que aquí. Hoy te ofrecemos información sobre ellos por si quieres cambiar y apostar por productos de nuestra tierra.

Comenzamos por los más cercanos, los de la provincia de León. En el Bierzo, ‘Prada a Tope, con su Xamprada, ofrece cuatro tipos de espumoso, con una producción conjunta de 30.000 botellas anuales, mientras que la producción de Godelia se establece en 5.000 botellas de reserva Brut.

 

Por su parte, la bodega ‘Leyenda del Páramo’, ubicada en Valdevimbre, prevé una producción de 7.500 botellas para 2017 de su Mittel, a pesar de que su producto es relativamente nuevo en el mercado.

En la vecina provincia de Zamora encontramos a la bodega ‘Liberalia’, que produce alrededor de 10.000 botellas al año de su espumoso.

Entre las bodegas de la Comunidad bajo la Denominación de Origen que elaboran espumosos en sus diferentes categorías, se encuentran las incluidas en la DO Rueda como ‘Felix Lorenzo Cachazo’, que tiene una producción anual de 15.000 botellas, frente a las 20.000 del ‘Grupo Matarromera’, mientras que, por su parte, la bodega ‘Palacio de Bornos’ produce 120.000 botellas en sus cuatro variedades y ‘Mocen’ se alza con 6.000.

DO Cava en Aranda de Duero

La bodega ‘Peñalba López’ en Aranda de Duero es la única en la Comunidad que se encuentra dentro de la DO Cava. Su director de Calidad, Ricardo Peñalba, asegura que hace tiempo “la gente no quería probar un cava que no fuera catalán”, reconociendo que  en España, “el problema es que no se bebe vino, sino marcas o etiquetas”.

Aún así, ellos decidieron seguir, a pesar de atravesar una “época de estocaje”, con su producto elaborado con uva de su propio viñedo en la Finca Torremilanos. En la actualidad su producción ronda las 60.000 botellas anuales y como comentan, los datos confirman que las zonas turísticas son las que más consumen vino, pero “hay una falta de interés por probar cosas nuevas”.

Entre los ‘grandes’ de la Comunidad encontramos las bodegas del Grupo Yllera. O en vano su producción anual de espumoso se establece en 120.000 botellas  en sus diferentes categorías. Por su parte, la bodega vallisoletana ‘Felix Lorenzo Cachazo’ elabora desde 2007 el espumoso ‘Brut’ bajo la marca ‘Carrasviñas’, un producto que nació como colaboración entre Félix Lorenzo Cachazo y el enólogo Joan Milá. Por el momento, el 90 por ciento de sus ventas van fuera de las fronteras y se comercializa en países como Japón, Holanda, Bélgica, Alemania o Estados Unidos. Pero asegura que este año “volvemos a notar un creciente interés por este producto en el mercado nacional”, por lo que su intención será alcanzar las 20.000 botellas anuales. En ese sentido, su perspectiva de futuro es “optimista”.

 

Método tradicional

Aunque existen varios métodos para la elaboración de este producto espumoso, el empleado por las bodegas de Castilla y León es el ‘Champeniose’, conocido también como método ‘tradicional’. Este término se refiere a un vino espumoso que experimenta una segunda fermentación en la botella que se vende. Según los expertos, su identificación en la botella permite diferenciar que el dióxido de carbono es logrado por la propia fermentación y se visualiza por una burbuja más pequeña que los vinos espumosos tradicionales.

A través de este método se consigue dar “más sabor y más natural” como detallan en las bodegas. Consiste en fermentar dos veces el vino, una para conseguir alcohol y otra para crear el dióxido de carbono. Después de la primera fermentación, el vino se embotella, se le agrega una combinación de levadura y azúcar y se tapa. Al estar tapada la botella, el gas no se puede escapar y se termina diluyendo en el líquido. Este método produce burbujas pequeñas en el vino, además de “dar un sabor cremosos al dejar fermentar el vino con la levadura dentro de la botella”.

En Castilla y León, la mayor parte de la producción de vinos espumosos en sus diferentes categorías se elabora con uva verdejo, y el resto con un combinado entre tempranillo, godello, mencía, malvasía, chardonnay o pinot noir, entre otras.

Según el contenido de azúcares del vino espumoso, se puede clasificar en ‘Brut Nature’, que es el más seco de todos, ‘Brut’, el seco más comercial con adicción de azúcar, así como el ‘Reserva’, que es el seco con un carácter de cava “algo más viejo”, el ‘Semiseco’ de gusto más suave y el ‘Semidulce’, que se considera más dulce que el seco.

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