La campaña de vendimia 2013 ha estado marcada por la climatología desde su inicio. Ya la brotación comenzó una semana más tarde que en el campaña 2012, así como las diferentes fases del ciclo de la vid, floración, cierre del racimo y envero, llegando a haber más de dos semanas de retraso con respecto a la campaña anterior. La maduración fue muy lenta, iniciándose la vendimia el 9 de septiembre, no siendo generalizada hasta el 18 de septiembre.
La vendimia ha estado notablemente influenciada por las condiciones meteorológicas que se dieron durante la misma, por lo que se puede dividir en dos partes claramente diferenciadas, siendo el punto de inflexión las precipitaciones que cayeron los últimos días de septiembre.
La primera parte se ha caracterizado porque las uvas que entraron a las bodegas estaban en estado óptimo de maduración, con unas características físico-químicas y organolépticas excelentes, así como un estado sanitario excepcional. La cantidad cosechada que entró en las bodegas en esta primera fase fue de aproximadamente un 30% de la totalidad.
A finales de septiembre, debido a las lluvias, hubo un parón en la vendimia, ya que las precipitaciones fueron muy abundantes y se tuvo que esperar a que los racimos se secaran y el grado alcohólico se recuperara, ya que las uvas aumentaron su volumen y por lo tanto, el grado alcohólico disminuyó. A partir de ahí, algunas parcelas se vieron afectadas por la Botritis, pero gracias a la gran labor de los viticultores, muy conscientes de que para la elaboración de vinos de calidad es necesario que las uvas están en perfecto estado sanitario y a la selección que hicieron inicialmente en las parcelas, dejando aquellos racimos que estaban afectados por la podredumbre y posteriormente, las bodegas, gracias a las mesas de selección, donde se desecharon los racimos que estaban tocados y que se les había escapado a los viticultores, haciendo que la mayor parte de las uvas que entraron en las bodegas fueran de una gran calidad.
Se estima que además de la uva que ha sido controlada por el Consejo Regulador, y que ha entrado en las bodegas inscritas en la Denominación de Orgien, hubo aproximadamente 1.500.000 kilos de uva que no cumplía con los parámetros mínimos de calidad establecidos por el Consejo Regulador, y que fueron destinadas a bodegas no amparadas por la D.O o bien han quedado sin recolectar en las viñas.
La producción total de uvas controladas por la Denominación de Origen Bierzo ha sido de 15.480.872 kilos, de los cuales un 85,6%, es decir, 13.248.803 kilos, se han destinado para la elaboración de vinos con D.O Bierzo. La producción de uva controlada que ha entrado en las bodegas ha sido un 4,6% mayor respecto a la cosecha de 2012 y si se tienen en cuenta las cinco últimas cosechas, es un 4,5% inferior a la media.
En cuanto a los vinos de esta cosecha, nos vamos a encontrar con vinos tintos de Mencía muy frescos y frutales, gracias a la lenta maduración de la uva, no demasiado alcohólicos y muy equilibrados, así como blancos de Godello, con cada vez más presencia en la Denominación, ya que se están rondando los 850.000 kilos, frescos, frutales y con una gran viveza y complejidad.