A la sombra del vino un buen negocio

Soledad Aller

“Si el vino perjudica sus negocios , deje sus negocios” esta era la visión de Benjamin Franklin, por ser él quién fue le haremos caso.

Y es que existen pocos negocios que no hayan sido cerrados frente a una botella de vino, en un acogedor restaurante, con plena confianza en el sumiller como aval del éxito de nuestro periplo empresarial.

Quiero daros unos pequeños consejos a la hora de elegir ese acogedor restaurante que sellará vuestro negocio.

No os fieis de aquellos restaurantes que amontonan toda su bodega en la sala del restaurante.

No os fieis de aquellos que apuestan por las marchas conocidas, sin arriesgar nada en su carta de vinos, sin mostrar una carta interesante y atrevida.

No dudéis en pedir enfriar un vino tinto, sobre todo en verano pueden llegar a alcanzar los 23 grados centígrados, por lo tanto solicitad que os pongan una cubitera , deberán situarla al lado de la mesa, para enfriar el vino durante unos 9 minutos, es lo que tarda en bajar su temperatura a 18 grados.

No es recomendable que pidáis vinos de más de diez años, salvo que estemos seguros de la correcta conservación por parte del restaurante del producto.

Confiar en el asesoramiento del sumiller, al fin y al cabo, la profesionalidad siempre garantiza una negociación más fluida, más distendida y posiblemente más beneficiosa.

Haz caso a Franklin y convierte al vino en tu mejor socio.

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