A la hora de tomar un vino, la temperatura es uno de los factores más importantes para degustar correctamente el caldo, por ello, nunca está demás conocer una serie de breves consejos sobre esta circunstancia:
1. La temperatura del vino a lo hora de degustarlo es un parámetro que podemos controlar. Los expertos aconsejan que no se tome vino por encima de los 19 grados, ya que la presencia del alcohol se percibe demasiado, descompensa el vino, lo satura y lo hace pesado.
2. La baja temperatura también es contraproducente, por debajo de 4 grados somos incapaces de diferenciar los distintos matices de los vinos.
3. La temperatura de degustación ideal no es la misma para todos los vinos.
4. Los vinos espumosos se deben tomar entre los 6º y 8º. A temperaturas superiores perderán la finura y el carbónico que les caracteriza.
5. Los vinos dulces se deben tomar entre los 6º y 8º C. A temperaturas más altas se potencian los sabores dulces, pero pierden el equilibrio con los otros sabores, y sólo percibiremos los sabores dulzones.
6. Los vinos blancos jóvenes secos y semi-secos se deben tomar entre los 8º y 10º C. Estos vinos tienen la característica de ser frescos y ácidos; al estar a esta temperatura percibiremos mejor esa sensación agradable y de frescor.
7. Los vinos blancos envejecidos y fermentados en barrica se deben tomar entre los 11º y 13º C. Subiremos la temperatura respecto a los blancos frescos, para poder apreciar los nuevos aromas que han evolucionado en la crianza en barrica y botella.
8. Los vinos rosados se deben tomar entre los 10º y 12º C. Para poder disfrutar todas las características de este tipo de vino que se clasifica entre blanco y tinto.
9. Los vinos tintos jóvenes se deben tomar entre los 13º y 15º C. Mantiene los matices de los tintos, destacando su frescura, por ser de menor astringencia.
10. Los vinos tintos envejecidos se deben tomar entre los 16º y 18º C. A esta temperatura destacan los nuevos aromas adquiridos en la crianza. A menor temperatura no se volatilizan los aromas, y en boca nos parecen demasiado astringentes. A mayor temperatura destaca el alcohol y éste enmascara todos los aromas restantes.
11. En el caso de que se desee modificar la temperatura a la que se encuentra un vino, debe tomarse la precaución de hacerlo de forma lenta y progresiva. En caso contrario, se dañaría la calidad de la bebida.
12. No son aconsejables prácticas para calentar el vino como calentar la botella acercándola a estufas o refrescar la copa vacía, ya que deteriora la composición del vino.
13. La temperatura de servicio debe ser algo inferior a la de consumo, porque el vino en la copa tenderá a calentarse. por eso hay que conocer los útiles que ayudan a mantenerla, especialmente cuando existe un salto térmico importante entre las temperaturas del vino y de la sala.
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